El lado ocuro -dark mode en inglés- está de moda, es una tendencia más que consolidada en diseño. Así que no es de extrañar que gane adeptos también en la fotografía: es por la noche que las ciudades modernas encienden la luz -más tímidamente o con todo su esplendor en función del carácter de cada una-. Y son muchos los que van en busca de este momento para captar esta áurea negra y misteriosa que envuelve las urbes. Que las transforma. Y es que cada ciudad son dos: la de día, la de la noche.
Al estadounidense Edward Hoppe, sin saberlo, se le considera el artista precursor de los noctámbulos -en inglés nighthawks-. En su caso, pintaba locales de ocio desde fuera, como el conocido cuadro ‘Nighthawks’. La obra deja ver la escena interior a través de la enorme cristalera del bar ‘Phillies’; transmite soledad y un punto de aislamiento. Aunque han pasado más de cien años, la vida nocturna de las ciudades parece tener este halo de melanconía. Nos gusta mirar desde el exterior lo que pasa en los espacios internos.
La cuarentena de la Covid acentuó esta sensación de retraimiento al ver el paisaje urbano desde el encuadre de nuestra ventana. ¿Quién no miró la introvertida luz que emanaba de los vecinos de delante? Y es que es tan humano socializar como lo es mirar. Con loslocales nocturnos vetados y sin poder pasear más allá del atardecer, las calles vacías de noche no hacía más que incrementabar esta aureola.
Las fotografías de Clem Ono son íntimas aunque estén tomadas en espacios públicos. Como este encuadre que conecta con el espectador debajo la señalética neón.
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Fotografía de Clem Ono
Las tendencias nacen y se solapan unas a otras e Instagram acorta exponencialmente el tiempo en el que una nace y muere la moda. Y así, la fotografía nocturna gana adeptos por diferentes razones. Uno de ellos, es el auge de la señalética, los rótulos de neón y leds que nos atrapan cuadno oscurece. Deambular por las calles de la ciudad en busca de luz artificial para captar el caos tipográfico y el desorden de colores que compiten para captar la atención.
La obsesión de Yiran Ding es la simetría y la envuelve para poner orden a la anarquía señalética de las capitales.
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Imagen de Yiran Ding
La noche acentúa el contraste de colores y otorga elegancia.
Como si de una superposición de capas se tratara Luis fotografía la luz que dejan los coches al pasar en San Francisco, como la luz de un cometa fugaz. Las exposiciones largas añaden este valor diferencial que escapa al ojo humano.
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Instantánea del artista Lwizvisuals
Las luces de neón definen el carácter de Hong Long hasta tal punto que, sin él, la identidad de la ciudad se pierde, afirma Dennis Isip. Incluso tiene un trabajo titulado The neon archives.
Sus imágenes son la prueba de que romper las reglas tipográficas sin manual de estilo perfilan este paisaje urbano singular e irrepetible. Parecen, incluso, escenas surrealistas.
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Fotografía de DJ Isip
La noche muestra el grado de transformación de cada urbe así como la atmósfera que cada barrio respira. Indicadores de pobreza o riqueza, tanto monetaria como cultural, contraponen escenarios de una misma ciudad. A Marilyn Mugot le atrapó también la parte oscura del día y dedica una sección entera de su web a este tipo de fotografía. Básicamente retrata las calles casi vacías, casi parecen místicas.
Utiliza la noche como termómetro del desarrollo más o menos homogénea, un indicador de cómo viven sus habitantes.
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Imagen de Marilyn Mugot
Y lo remata con: “Lugares que parecen mundanos durante el día pueden adquirir vida por la noche, pues la luz artificial crea colores intensos y saturados que no apreciamos del todo a simple vista. Por la noche se pueden hacer exposiciones largas tanto con cámaras analógicas como digitales, pero las reglas son distintas. Con una de digital hay que lidiar con el efecto del ruido en un programa de edición y es necesario ajustar el equilibrio del blanco para luz diurna para que los colores no pierdan saturación”.
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Fotografía de Patty Carroll
Incluso Pantone resaltó el Neón con el color azul 4052 Classic Blue, tono del año 2020. La noche y sus neones nos hipnotizan igual que el modo oscuro cada vez está presente en más pantallas.
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Incluso Pantone R
El neón traspasa hasta a la ilustraciones.
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Ilustración de Luis Lili
Y así, sin saberlo, de una idea se pasa a la otra. Una idea se transforma en otra. Y quién le iba a decir a Edward Hoppe que incluso se aplicaría el nombre de su cuadro a un tipo de fotografía: noctámbula.
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‘Nighthawk’ de Edward Hoppe